Diego Armando Maradona acaba de cumplir cincuenta años y no lo ha celebrado. Su estado anímico tras dejar el cargo como seleccionador de fútbol de Argentina ralla la depresión. Algunos temen que vuelva a descender a sus infiernos particulares de la autodestrucción y la polémica. Pero El Diego del pueblo, el D10S de los más fanáticos, es capaz de resucitar y sorprendernos con un nuevo reto profesional de ambiciones celestiales, propio de la montaña rusa vital a la que nos tiene acostumbrados.
Mientras Maradona declaraba a los medios de comunicación el pasado 30 de octubre que era el “cumpleaños más triste de su vida”, miles de napolitanos tomaban las calles para venerar al segundo santo de la ciudad, San Diego, después de su patrón San Gennaro. Las celebraciones consistían en un maratón de actividades culturales y de rituales paganos que tenían como punto de partida el bar Nilo, establecimiento donde se encuentra el relicario que contiene un cabello del ‘Pelusa’ recogido en el estadio San Paolo durante su gloriosa etapa como jugador del Nápoles. Horas antes del comienzo de las celebraciones maradonianas en la capital del sur de Italia, la marca deportiva Puma, que vistió a Diego Maradona durante los mejores años de su carrera futbolística, lanzaba al mercado The Puma Diego Collection, una línea de ropa y calzado inspirada en el astro argentino con motivo de su cumpleaños. Aunque hayan pasado casi quince años desde que Maradona colgase las botas en la Bombonera, Nápoles y Puma son dos elementos consustanciales en la vida del ‘Pibe de Oro’. Por un lado, Nápoles representa a las barras bravas, al fervor más desmesurado de una afición por un ídolo del fútbol y, por otro lado, Puma forma parte de la marca inmortal de Maradona que mueve cantidades ingentes de dinero. El binomio fútbol y dinero, se traduce en éxitos y en fracasos durante los cincuenta años que lleva Maradona pisando el césped terrenal.
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