La revista BABEL fue mi primer proyecto de emprendimiento periodístico gracias al cual empecé a conocer cómo es el proceso de crear una publicación en soporte papel en todas sus fases; desde pensar el nombre y diseñar la cabecera, dibujar las secciones y dotarlas de una línea editorial, hasta el esperadísimo momento de ir a recoger los ejemplares físicos recién salidos de la imprenta para realizar la distribución correspondiente a cada número.
Fue en mi último curso de periodismo cuando, junto con otros siete compañeros de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, tuvimos la idea de crear una publicación cultural gratuita de periodicidad mensual dirigida a los menores infractores de la Comunidad de Madrid para ayudar, a través de una herramienta periodística, a la reinserción social de jóvenes menores de 18 años que habían delinquido y que tenían problemas de exclusión social. El proyecto nació fruto de las ganas de crear nuestro propio medio y de aprender y de demostrarnos a nosotros mismos que éramos capaces de organizar y de coordinar una redacción pseudo profesional con la motivación de ejercer el periodismo como una verdadera herramienta de cambio social. BABEL arrancó gracias a una primera financiación obtenida por una subvención del Programa Juventud de la Unión Europea y continuó imprimiéndose con el posterior apoyo económico de la Obra Social La Caixa y, principalmente, de la Agencia de la Comunidad de Madrid para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor, entidad que también nos ofrecía el apoyo editorial y logístico necesario.
En total, 19 números impresos -desde la primera edición, que vio la luz en marzo de 2007, hasta el último número de enero/febrero de 2010- y cientos de páginas publicadas entre las que aparecieron artistas y personajes de interés social y cultural como Iñaki Gabilondo, Fernando León de Aranoa, Rigoberta Menchú o El Pera, y en las que publicamos reportajes de temática cultural y social como el mundo de la cultura urbana, el cambio climático, acerca del arte de escribir o sobre cómo crear un corto propio, entre otros temas. Además, en la sección ‘El papel de BABEL‘, los chavales tenían la posibilidad de convertirse en artistas y periodistas ciudadanos y de publicar sus trabajos artísticos, así como sus ensayos y artículos, con el objetivo de que tuvieran un vehículo para expresar públicamente su visión del mundo.
En el año 2007, en reconocimiento a nuestro trabajo realizado hasta el momento con la revista, recibimos el Premio Joven de Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid.